Como hombre de la política, desde la oposición radical, pero fundamentalmente como ciudadano siento la necesidad de expresarle mi preocupación, seguramente la de muchos, por la situación que viene desde hace tiempo atravesando Chilecito y que ahora ha desembocado en esta especie de colapso político de su gestión. Somos protagonistas de tiempos muy difíciles que requieren, de quienes tienen la responsabilidad institucional de conducir este proceso, el coraje de enfrentar los problemas, de ponerse al frente de ellos. Humildemente creo que hemos llegado al punto exacto del “así no se puede seguir, esto así no va más”. Una clara expresión mayoritaria que lejos de significar un mal presagio es una gran oportunidad para rediseñar el rumbo. De hecho, el cambio de gabinete es la posibilidad de renovar la confianza, una esperanza del cambio. No se trata de la simplicidad de un recambio de funcionarios. Todos esperamos una administración honesta y comprometida, con capacidad de gestión y resolución, pero por sobre todas las cosas con vocación de servicio: preocupada y ocupada de los problemas de los chileciteños. Basta de Municipios paralelos, es tiempo que Chilecito recupere su autonomía política, que restituya sus fondos coparticipables. Terminemos con el cementerio de fábricas y en su lugar pongamos en marcha emprendimientos fabriles reales que procesen todo nuestro potencial productivo y genere trabajo genuino. Demos vida a la folletería de nuestras bellezas naturales poniendo el turismo como el motor de una verdadera actividad económica. Hagamos del sector público y privado, trabajando mancomunadamente, una palanca de desarrollo y crecimiento con equidad para beneficio de todos. En este camino estoy seguro todos acompañaremos, … todos sumaremos. Señor intendente, a su experiencia en la gestión publica, póngale lo que se debe poner para sacar adelante una nuestro Chilecito querido, por todos los que hemos cifrado sueños y esperanzas convencidos que aquí hay futuro. Estoy convencido que a momentos difíciles es TIEMPO DE AGALLAS. Nuestro pueblo necesita recuperar el sentirse orgullosamente chileciteños y para ello hay que lograr que la Perla del Oeste riojano vuelva a brillar.
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